Cambio de época
Hoy, la Democracia cumple 40 años de vigencia ininterrumpida y el Peronismo, que fue artífice de la resistencia a la última dictadura cívico-militar, le entrega el bastón presidencial a un presidente libertario. Son esas paradojas de la historia. Que ocurren por múltiples factores y nos crean múltiples interrogantes. Solo la Providencia sabe lo que nos depara a los argentinos con la administración de Javier Milei, quien ha organizado un gabinete de unidad nacional. Dejó de lado el Pacto de Acassuso que implicaba un cogobierno. Y desoyó el consejo de Mauricio Macri de respaldarse en un frente liberal. Aunque continúa preservando su relación con el fundador de PRO, más que nada, por respeto y agradecimiento.
Milei, contra todo pronóstico, apeló al pragmatismo y convocó a dirigentes de distintos partidos políticos. En tanto, los funcionarios que provienen del macrismo se integraron a título personal. Una palpable demostración de autoridad libertaria. El Presidente soy yo. León y no gato…
Las desacertadas políticas públicas del Peronismo -45% de pobres, inflación de 150%, pavorosa política exterior, por ejemplo- y la ausencia de una estrategia partidaria actualizada, le permitió a Milei obtener la mayor victoria nacional en términos absolutos. Catorce millones y medio de votos le dan un poder social que fortalece su consenso ciudadano, aunque le falten diputados y senadores en el Congreso. El balotaje deja la foto de un Presidente fuerte y dispuesto a navegar las procelosas aguas de la gobernabilidad amenazada por el fantasma hiperinflacionario. La reacción de los damnificados por el ajuste prometido también pondrá a prueba su Liderazgo y la solidez institucional de la República.
Este fin de ciclo, con el monopolio del cambio en manos de liberales y de una narrativa antipolítica, le traza al Peronismo una hoja de ruta que deberá recorrer como hizo en la década de los años 80: renovando ideas y métodos de construcción política. ¿Liderará un nuevo espacio nacional? ¿O se integrará a una convergencia federal y popular? ¿Seguirá colonizado por el relato de minorías progresistas ajenas a la doctrina originaria? ¿Continuará aferrado a la cultura populista? ¿El Peronismo Bonaerense logrará desconurbanizarse?
El momento más oscuro de la noche es antes del amanecer. Siempre sale el sol.