15 de enero de 2025

El Silencio

Dos hechos de trascendencia internacional le permitieron al régimen libertario marcar la agenda política, dejando a la oposición sin respuestas. El caso del gendarme argentino, Nahuel Gallo, secuestrado por la dictadura de Maduro, y la visita del presidente electo venezolano Edmundo González Urrutia le permitieron a Milei darse un baño de democracia, a pesar de sus constantes ataques a la institucionalidad republicana. Respecto al secuestro de Gallo, se expidieron tanto la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como la Organización de Estados Americanos, que exigieron su inmediata libertad. La OEA expresó que se trata de un “crimen de lesa humanidad”. Sin embargo, estos pronunciamientos no movieron el amperímetro en la oposición. El silencio ante ambos casos, que mostraron un alto índice de popularidad –basta observar las fotos de la concurrencia venezolana a Plaza de Mayo– debería generar una resolución sinérgica en quienes han hecho de los derechos humanos una bandera legítima de lucha en defensa de la democracia. Ello no ha ocurrido, dejando un vacío narrativo y político preocupante. Los derechos humanos y la causa de la democracia no son patrimonio exclusivo de ningún partido político. Haber desertado en ambos casos a la larga demandará un costo político que se pagará en las urnas. La historia no perdona estas omisiones.

Ernesto Etchebarne

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *