La fábula de Leoncio mentiroso
A matar o morir. No se negocia una coma de la ley ómnibus. Voy a fundir a los gobernadores. Se va Guillermo Francos. Degradan a Martín Menem. No se va nadie. Se quedan todos. Se van todos. La jaula de las locas. Vuelan platos. Se arrancan los pelos. Firman el dictamen de mayoría de la ley ómnibus y dejan una hoja en blanco. Dicen que para reescribirlo. A la Justicia. El bloque oficialista de diputados nacionales está dibujado. Chau, Ferraro. Bienvenidos a los 90. Toto Caputo deviene en superministro incorporando a su órbita al Ministerio de Infraestructura. Réplica del modelo de Domingo Cavallo. La Hermana Karina, a quien llaman El Jefe pero es mujer (?), concentra cada vez más poder. Misterios del tarot. Teléfono rojo. Aseguran que pierden la votación. Pichetto alertó a Menem. El Martín llamó a Milei. Insultos. Levantan el capítulo fiscal completo. Con una condición: el déficit cero no se negocia. Esperá que me río. ¡Oh, los mercados! Paren las rotativas. La dolarización está cerca. ¿O el precipicio? De ley ómnibus a ley catramina. Y para colmo no arranca. El martes sesiona Diputados. La delegación de facultades legislativas, una trampa escondida. Piedra libre. A pesar de la marcha atrás (dale click acá) quedan espinas –las privatizaciones- para cortar. Concluyendo, presenciamos un inicio de gestión deplorable. ¿Quién se robó la botonera? Es la remake del pastorcito mentiroso en clave Leoncio. Viene el lobo.