Pelotudo importante
El expresidente Alberto Fernández, cuya gestión ha sido horrorosa, peor que la de su antecesor Mauricio Macri, mucho peor, visitó al Papa Francisco. Pero antes compartió -en la red X- un post de su exvocera Gabriela Cerruti, reivindicando la legalización del aborto. Una provocación gratuita. Con todo lo que hace Su Santidad, quien todavía tiene la deferencia de recibirlo, despachó semejante brulote para la tribuna de las pañoletas verdes.
El mensaje que uno decodifica es el siguiente: “¿Vieron, católicos chupa cirios? Les legalicé el aborto y el Papa me recibe igual”. O este otro: “Francisco es mi amigo y no le da importancia al aborto, apoya a los gobiernos populares”. Veamos.
La posición de la Iglesia, respecto del aborto, es irrevocable. Sigue considerándose un crimen. La defensa de la vida, desde la concepción hasta la muerte natural, nunca ha variado ni variará. Sobran fundamentos teológicos y científicos.
Francisco afirma que «el problema del aborto hay que verlo científicamente y con cierta frialdad; cualquier libro de embriología nos enseña que al mes de la concepción ya está delineado el ADN y están dibujados, entre comillas, todos los órganos».
Y acota: «Por lo tanto, no es un montón de células que se juntaron, sino que es una vida humana sistemada. O sea, la pregunta que hay que hacerse cuando se habla de la moralidad: ¿es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema?».
«A una mujer que aborta no se la puede dejar sola, hay que acompañarla. Tomó esa decisión, abortó, entonces no hay que mandarla al infierno de golpe, aislarla… Hay que acompañarla. Pero una cosa es acompañar a la persona que hizo esto y otra cosa es justificar el acto», aconseja el Santo Padre.
Frente a una conceptualización doctrinaria que no deja ningún tipo de dudas, el posteo fallido del expresidente –que luego borró- caerá en el pozo de la intrascendencia. Fruslería de un político fracasado que se aferra al madero de la progresía para no ahogarse en el mar de la refutación católica y peronista. Este señor, aunque parezca mentira, caro lector, es titular del Partido Justicialista Nacional. Un pelotudo importante. Con balcón al mar y perspectiva de género…
Cabecita Negra