La Patria necesita funcionarios que funcionen
El presidente electo Javier Milei tiene casi conformado su elenco de colaboradores. Al menos así indican los trascendidos publicados por los medios de prensa. Milei asegura que armó un seleccionado. La hipérbole busca destacar la capacidad técnica de sus elegidos. Mauricio Macri se ufanaba de disponer del mejor equipo de los últimos 50 años. Es conveniente tranquilizar a la sociedad y demostrar que el cambio va en serio y que se hará con funcionarios competentes. Nada de ensayo y error.
Los funcionarios deben funcionar, diría Cristina Kirchner. Y el funcionamiento muchas veces no depende de los títulos universitarios, sino de la experiencia en el Estado, del sentido político y de la empatía con los gobernados. En síntesis, ha quedado demostrado que no se gobierna con el Excel. El salto del sector privado al público es un desafío fenomenal que pocos logran superar, a pesar de frondosos currículos.
En mis tertulias juveniles con hombres y mujeres de la cultura y de la política, recuerdo las charlas que mantuve a mediados de los años 80 con el Dr. Julio César Gancedo. En una oportunidad me narró pormenores del primer peronismo. Él era antiperonista. Pero sabía reconocer a los capaces. Una tarde me narró las andanzas de Miguel Miranda, un exitoso empresario descendiente de españoles, que Perón designó para presidir el Banco Central y el Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), y luego el Consejo Económico Nacional. Algunos recuerdan que era del rubro de la hojalata. Gancedo me señaló que fabricaba dulces. Y, por eso, le decían Dulcito. La cuestión es que Miranda era un verdadero realista, pragmático, perspicaz al máximo. Negoció la nacionalización de los ferrocarriles con solvencia y lo llamaban “el zar de las finanzas argentinas”. Gancedo, también, me comentó que Miranda carecía de formación académica, se había formado en la fábrica, en la calle, en la escuela de las transacciones comerciales directas.
La anécdota sirve para ilustrar el particular momento que estamos observando, conformación del ministerio libertario mediante, en el que se le rinde culto a la tecnocracia. No está mal recurrir a los expertos. Falta el pequeño detalle de llevar a la práctica lo aprendido en aulas extranjeras. La Argentina sigue siendo un país maravilloso, con su identidad permanente y su idiosincrasia en todos los campos de la vida nacional.
Dios ilumine al presidente electo Javier Milei para que elija funcionarios que funcionen. Porque se gobiernan personas humanas, familias enteras, la Patria.
Horacio E. Poggi